viernes, mayo 18, 2007

ALCÂNTARA Y A FESTA DEL DIVINO ESPÍRITO SANTO

Es un pueblo pequeño con casas antiguas, bajas. La más alta, la denominada troya, tiene tres pisos. Sus calles podrían ser de un pueblo español de la mancha o del algarve. De antes de ser pueblos europeos. De antes de ser sus habitantes altos, rubios, ricos y con idiomas. De cuando la especulación inmobiliaria se escribía con h y sin m. Son las fiestas del divino. Poca broma, coronan a un emperador. Este año es ronaldo plácido, un hombre de cuarenta y pocos. Tiene una corte de mayordomos y altos cargos y entre ellos pagan la comida y la bebida a todo el mundo que pase por sus casas. Eso es una monarquia. Diez días al año y pagando la fiesta. Y el año siguiente otro. Quien sería así republicano? El primer día unos 60 hombres llevan un tronco de unos 15 metros de largo por todo el pueblo. El tronco es grueso y va vestido de ramas y hojas como de boj. Por si pesara poco encima van sentados todos lo niños que quieren sin dejar un espacio vacio. Los hombres, cuando pasan por una casa que por fuera se han colgados banderolas, paran. De dentro salen botellas de cachaça con cajú, o con cualquier otra combinación. Pero en ninguna falta el alcohol. Con esos refuerzos vuelven a levantar el tronco y pa´ delante. Por si acaso hay cuatro carros arrastrados por mulas y burros que tambien van cargados de botellas. Solo tienes que extender la mano y ya tienes bebida segura. A veces ni eso, sin saber como tienes un botellín en la mano. Al final se planta en la plaza el tronco. En la parte superior se han colocado cocos, plátanos y la bandera roja con la corona del emperador. A pesar del alcohol y de que todos parecen ser los que dirigen la operacion, el tronco queda erguido. Todos los vecinos del pueblo están en la calle, en una fiesta que durará unos diez días. Hay algunos turistas que hacen fotos como locos, bueno, todos menos yo. Se me ha muerto la máquina de fotografiar. Ayer, mientras hacía fotos a los guaras (los ibis escarlatas) en el manglar se quedó parada entre mis manos, con un zumbido raro. Espero que me digan que sus pixels se extasiaron ante tanta belleza y no una tontería sobre el motor o la placa base.

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