LLAMADAS

Llamo por teléfono a urgencias y explico el problema: Mi mujer hace cinco días que parió y tiene un problema ginecológico, seguramente no es nada grave pero queríamos la opinión de un experto, a continuación le detallo el problema con pelos y señales. Justo cuando se lo he contado se presenta como la telefonista y dice que me pasa con un médico. Hablo con él, tengo el mensaje interiorizado y añado, a medida que hablo, algunos elementos que puedan ser relevantes. El médico se muestra muy interesado y me da algunas explicaciones pero me aconseja que llame a otra dependencia. Lo hago. Le repito de pe a pa lo mismo, esta vez no introduzco ningún elemento nuevo. La señora que atiende se desentiende y me pasa a domiciliaciones donde asegura que me atenderán. Vuelvo a repetir el discurso después del ¿en qué puedo ayudarle? Esta vez, la mujer que está detrás del teléfono, parece que si que va a tomar una decisión, pero al final decide que llame a la planta de ginecología que allí sabrán a que atenerse. Durante media hora lo intento pero comunica. Al final decido llamar al hospital del parto. A la segunda llamada un hombre me contesta. Le explico el problema esta vez con todos los detalles posibles. Me corta. Dice, yo diría que jocosamente, que estoy llamando al BBVA (Banco Bilbao Vizcaya) y que bastantes problemas tienen con las hipotecas como para asumir nuevos servicios de atención al cliente.

DISTINTOS VIAJES

Empiezo un nuevo viaje. Esta vez la embarcación tiene nombre: Anna Júlia.

ELLA

Ya ha nacido. Es grande, mofletuda y con mucho y brillante cabello negro. No sabe quien soy y, glups, yo tampoco sé nada de ella.

GUSTOS REFINADOS

Voy a Ikea. Busco un mueble para colocar la televisión. Hay uno que me gusta. Está agotado, la semana que viene traen 176. Ni 175 ni 178. Vuelvo a la semana siguiente y ¡se han acabado! Que vuelva la semana siguiente. Que traen más.

Otro día vuelvo y me fijo en una funda de nórdico. Solo queda la de muestra. La semana que viene traen 140.

Quiero una cortina para la ventana de la niña. No está. Agotada. Que vuelva al cabo de un mes. Vuelvo al cabo de un mes y medio y me dicen que se ha agotado. Que la semana que viene traen más.

¿Somos los mismos los que compramos las mismas cosas? ¿Todas las casas deben ser como la mía?

RECUERDOS FÍSICOS

Como dice mi amiga O. se nota que (soy/he sido) pobre (o de economia emergente). Guardo muchas cosas. Entre ellas cosas del viaje. A pesar de mi estricta voluntad de no comprar más que lo imprescindible he acumulado diversos objetos que evocan recuerdos. Las coloqué debidamente desordenadas en un mueble. Desde la cámara que me acompañó (y murió) hasta Brasil, pasando por una etiqueta de cerveza que me supo a gloria o una concha recogida en una playa solitaria. Glups. Que moñas queda esto.

PESEBRE

Carlos hace pesebres, pero diferentes. En estas hay derviches, rabinos leyendo la torah; el dios elefante Ganesha; Esculapio; Buda; una damisela medieval lánguida... hasta una imagen de Francisco Javier comentando a los asombrados adoradores lo del nacimiento. Es lo que se dice un pesebre poco ortodoxo. En total hay 14 anomalías a pesar que un pesebre en si mismo es un kitsch anómalo por definición.

En fin, que si descubres todas y dices su nombre estás invitado a un viaje a París. A mi el pollo birmano que está en el riachuelo me ha despistado un montón.

TIEMPOS DE CAMBIOS

Se le estropea a uno la televisión y va a comprar una nueva. Para empezar no hay de las antiguas (grandes, de tubo) o si las hay son tan baratas que uno no las compra por si alguien te observa y luego lo cuenta por ahí. El problema de las planas es que has de tener una titulación de ingeniería. O un master. ¿Lcd o plasma? ¿Es importante HDMI? ¿RCA? ¿PC-In?¿Cuantos euroconectores? ¿Tantos son necesarios? Afortunadamente todos tienen TDT, eso que servía para volar edificios antes de las bombas nucleares. Los datos que dan las marcas no son homologables, por ejemplo una cantidad de contraste en Samsung es una buena calidad pero esa misma es mala para Philips (o al revés). Tomas más apuntes que en la facultad. Después están las cosas importantes. Por ejemplo el sistema que te permite ver con precisión esas letras en movimiento que aparecen cuando se acaba la película (¿quien no se ha desesperado por no poder leerlas? O ese otro que en el caso que te aparezca el arcángel San Gabriel anunciándote algo el sistema del televisor automaticamente regula la luminosidad y si hay alguien ateo en el salón comedor puede seguir viéndo el programa sin que el brillo del arcángel reste un ápice de calidad en la imagen.