lunes, marzo 24, 2008

TIEMPOS NUEVOS

Cuando era adolescente iba a jugar al millón. Al pinball. Cinco bolas de acero y dos botones para hacer puntos y más puntos. Juego, todo hay que decirlo, del que a pesar de no ser de los mejores hacía mis pinitos honrosamente.

Mis sobrinos juegan a la Nintendo. Me lo dejan y compito en el circuito del castillo de Bowser. A pesar de los monumentos pseudo mayas que te caen encima, del cilindro del que casi siempre me caigo y de los mares de lava hago el recorrido en cinco minutos. Y algo. Vuelvo a jugar, esta vez lo acabo en cuatro y medio. Estoy satisfecho pero lo vuelvo a intentar: tres minutos y medio. No está mal, mi sobrino sin esforzarse lo hace en un minuto y poco. Veo que utiliza atajos y que hace derrapajes que yo no sabía que se podian hacer. Convencido que la experiencia es un grado lo vuelvo a intentar con los conocimientos aprendidos. De hecho lo intento bastantes veces más. No consigo bajar de los tres minutos y medio.

Eso sí, al millón no me hubiera ganado.

martes, marzo 11, 2008

CONSIDERACIONES

Laise lleva a la niña a una reunión de postparto. Me dice, y yo me lo creo, que es más grande que otras que nacieron antes, que tiene más pelo que los demás, que es la más guapa... Eso si, nuestro carro de paseo es el más anticuado de los que se ven alli.
No hay nada perfecto.

sábado, marzo 01, 2008

LO PRECARIO DEL CONOCIMIENTO

Encuentro mi colección de hierbajos secos, planchados y clasificados de cuando me tomaba la botánica en serio. A parte de los que aún reconozco como la olorosa agradable Alysum maritimum, la olorosa desagradable Ruta chalerensis, el vistoso Centractus ruber, la detestada Parietaria officinalis, la coqueta Rubia peregrina, el delicado Borago officinalis... me he encontrado a otras, muchas, demasiadas que ahora sería incapaz de reconocer: la Melisa officinalis, el Ranunculus bulbosos, la Galactites tomentosa, el Cynodon dactiycon, joder con las gramíneas...
Todo ello con anotaciones al margen: siliculas muy pequeñas, sin sépalos, comentarios sobre las diferencias del Plantago lagopus y el Plantago coronopus.
He tirado todo a la basura con el convencimiento que no somos nadie, que no todo lo que uno aprende se recuerda y que una vida muy larga no sé si te hace más sabio pero si que te hace acumular más cosas.