sábado, marzo 01, 2008

LO PRECARIO DEL CONOCIMIENTO

Encuentro mi colección de hierbajos secos, planchados y clasificados de cuando me tomaba la botánica en serio. A parte de los que aún reconozco como la olorosa agradable Alysum maritimum, la olorosa desagradable Ruta chalerensis, el vistoso Centractus ruber, la detestada Parietaria officinalis, la coqueta Rubia peregrina, el delicado Borago officinalis... me he encontrado a otras, muchas, demasiadas que ahora sería incapaz de reconocer: la Melisa officinalis, el Ranunculus bulbosos, la Galactites tomentosa, el Cynodon dactiycon, joder con las gramíneas...
Todo ello con anotaciones al margen: siliculas muy pequeñas, sin sépalos, comentarios sobre las diferencias del Plantago lagopus y el Plantago coronopus.
He tirado todo a la basura con el convencimiento que no somos nadie, que no todo lo que uno aprende se recuerda y que una vida muy larga no sé si te hace más sabio pero si que te hace acumular más cosas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE RAZOÓN TIENES HILARIO...
YO,
HACE TIEMPO QUE ME DESPRENDÍ DE LOS "HIERBAJOS" , PERO ME TEMO QUE TENGO DEMASIADOS LIQUENES ADHERIDOS A MI ALREDEDOR. QUE DIFICILES SON, LOS PUÑETEROS : CUANTO MAS VIEJOS.... PEORES!
--MARIA JOSE--

Fiamma dijo...

hay que tirar toda la porquería que uno va coleccionando por ahí. Y mucho cuidado con las gramíneas, que el tiempo pasa y el día menos pensado te verás contemplándolas crecer... pero desde abajo !
besos, querido cavaller
(me voy corriendo a ver qué voy tirando)