domingo, febrero 28, 2010

EL CONOCIMIENTO ES UNA RED

Lo bueno del conocimiento es que se engarza uno con otro de una manera que teje una malla que te permite apresar y entender el mundo que te rodea.
La excusa de esta parrafada está en el artículo sobre unos antibióticos con los que las avispas protegen a sus crías y que estas avispas se encuentran en el jardín donde juega mi hija.

viernes, febrero 26, 2010

LA SALUD Y LAS TONTERÍAS

Estoy malito y en la cama. No tengo mucha fiebre pero el abatimiento es general. De vez en cuando estoy más espabilado e intento leer un libro o miro el correo. Me ha llegado un mensaje sobre medicinas alternativas delirantes . Es un blog de una joven licenciada en medicina que intenta dar una visión crítica a la vez que divulgativa, sobre el conocimiento médico.
El artículo es, por supuesto, crítico pero con un tono de humor. Abundan los comentarios. Unos acusan de estrechez de mira a la medicina tradicional con argumentos que no hay por donde cogerlos y otros, ilusos, intentan rebatir con datos a los primeros.
Cuando acabo de mirar casi todos los comentarios me llama una amiga, que se preocupa por mi salud y me recomienda que deje de tomar medicinas y pruebe el aire sano y el sol.

miércoles, febrero 24, 2010

EL AVIÓN

Subí en un avión pequeño, una docena de pasajeros como máximo. Estábamos en el aeropuerto de LaGuardia en New York y el vuelo iba a Boston. Mi inglés nunca ha sido mucho mejor que mi coreano. A pesar de ello entendí perfectamente la regañina que me pegó la azafata (alta y de mediana edad) por que había dejado mi pequeña mochila en el suelo (no cabía en ningún otro sitio).
Despegamos.
Al cabo de un tiempo indeterminado el comandante (o el almirante o el oficial al mando) dijo algo por los altavoces, entendí Boston.
Bajamos todos.
Me dirigí a la salida.
No era un aeropuerto muy grande.
Pregunté cuándo salía el próximo autobús a la ciudad. Faltaba al menos media hora.
Sentado en un banco algo me vino a la cabeza.
¿Era Boston?
No había nadie por allí.
Fui a una tienda y miré las postales. Todas hablaban de Providence.
Fui a una oficina de información e hice la pregunta del millón: Sorry, Where are we ? quizás pregunté: ¿Cómo se llama esto? o quizás ¿Onde estamos?
El joven, dudo que le pregunten estas cosas frecuentemente, me contestó concisamente: Providence.
Asumí la poca dedicación y el poco interés que había puesto en el aprendizaje del idioma.
Tampoco era un problema. Tenía un tipo de pasaje que podía volar con todos los aviones de Delta Airlines.
Volví dentro y me dirigí al mostrador.
Pedí un vuelo para Boston, la señorita me preguntó si había venido en el de New York. Yes, le contesté imitando el acento de upper west side, para disimular el motivo del error.
Me condujo hacia un despacho. Los viajeros con los que había viajado estaban allí, enfadados, muy enfadados, gritando a los empleados. Estos aguantaban el chaparrón como podían.
Entendí que algunos de los pasajeros iban a perder un vuelo importante y que los pilotos habían desaparecido con la avioneta.
Nos metieron en una limusina y nos condujeron hacia Boston. Una señora de unos cincuenta años y con un acento horroroso intentó conversar conmigo, yo estaba interesado en saber que había pasado. Que yo entendiese que era la parada final era comprensible, pero ¿y los otros?, ¿los pilotos se habían habían bajado borrachos y se habían estrellado contra un camión? ¿Habían sido abducidos por unos señores de piel verde?¿Se habían ido de juerga con la avioneta y con la azafata desagradable a Hawai?... No conseguí averiguarlo.
Llegamos a Boston y nos despedimos.
Uno de los misterios de la vida.

martes, febrero 16, 2010

SOBRE LA VIDA

-La vida es una actividad de alto riesgo. De hecho nadie consigue sobrevivir. -Dijo el bonobo.
-Eso es por haber preferido la reproducción sexual. -Afirmó la bacteria.

sábado, febrero 06, 2010

LOS ENCUENTROS

Lo primero que te preguntas es por qué no nos vemos más.
A pesar de que ha pasado mucho tiempo desde la última vez la sonrisa aflora de manera espontánea y queda fijada hasta mucho tiempo después de despedirnos.
El tiempo pasa a ritmo de tenedor y cuchillo, de comentarios sabrosos, de bromas, de veras...
Ni siquiera podría enumerar los temas (y quizás ni siquiera sean importantes) de los que hemos ido saltando entre plato y plato.
Me asombra lo distintos que somos y lo sencillo que es conectar a pesar de tener visiones diferentes de lo que nos rodea.
Lo último que te preguntas es por qué no nos vemos más.