miércoles, febrero 24, 2010

EL AVIÓN

Subí en un avión pequeño, una docena de pasajeros como máximo. Estábamos en el aeropuerto de LaGuardia en New York y el vuelo iba a Boston. Mi inglés nunca ha sido mucho mejor que mi coreano. A pesar de ello entendí perfectamente la regañina que me pegó la azafata (alta y de mediana edad) por que había dejado mi pequeña mochila en el suelo (no cabía en ningún otro sitio).
Despegamos.
Al cabo de un tiempo indeterminado el comandante (o el almirante o el oficial al mando) dijo algo por los altavoces, entendí Boston.
Bajamos todos.
Me dirigí a la salida.
No era un aeropuerto muy grande.
Pregunté cuándo salía el próximo autobús a la ciudad. Faltaba al menos media hora.
Sentado en un banco algo me vino a la cabeza.
¿Era Boston?
No había nadie por allí.
Fui a una tienda y miré las postales. Todas hablaban de Providence.
Fui a una oficina de información e hice la pregunta del millón: Sorry, Where are we ? quizás pregunté: ¿Cómo se llama esto? o quizás ¿Onde estamos?
El joven, dudo que le pregunten estas cosas frecuentemente, me contestó concisamente: Providence.
Asumí la poca dedicación y el poco interés que había puesto en el aprendizaje del idioma.
Tampoco era un problema. Tenía un tipo de pasaje que podía volar con todos los aviones de Delta Airlines.
Volví dentro y me dirigí al mostrador.
Pedí un vuelo para Boston, la señorita me preguntó si había venido en el de New York. Yes, le contesté imitando el acento de upper west side, para disimular el motivo del error.
Me condujo hacia un despacho. Los viajeros con los que había viajado estaban allí, enfadados, muy enfadados, gritando a los empleados. Estos aguantaban el chaparrón como podían.
Entendí que algunos de los pasajeros iban a perder un vuelo importante y que los pilotos habían desaparecido con la avioneta.
Nos metieron en una limusina y nos condujeron hacia Boston. Una señora de unos cincuenta años y con un acento horroroso intentó conversar conmigo, yo estaba interesado en saber que había pasado. Que yo entendiese que era la parada final era comprensible, pero ¿y los otros?, ¿los pilotos se habían habían bajado borrachos y se habían estrellado contra un camión? ¿Habían sido abducidos por unos señores de piel verde?¿Se habían ido de juerga con la avioneta y con la azafata desagradable a Hawai?... No conseguí averiguarlo.
Llegamos a Boston y nos despedimos.
Uno de los misterios de la vida.

6 comentarios:

Hernán Galli dijo...

A ver, esto puede perfectamente suceder en Argentina:

De ser así, simplmente habían sobronado a los pilotos para que bajaran en Providence, se quitaran a varios pasajeros de encima, y subieran los sobornadores. Simple.

Si sucede en Irán:

Los pilotos están muertos.

Si sucede en Italia:

Lo mismo que en Argentina pero el soborno es en euros. Y seguro que hay putas en el avión.

Si sucede en Alemania:

Sí, puede pasar, pero se hubieran equivocado "a tiempo". Los alemanes cometen errores pero nunca llegan fuera de horario.

Si sucede Corea:

No hay problema, hay tanta gente que nadie se daría cuenta. Es más, el avión ya venía con el doble de pasajeros, cuatro pilotos y treinta azafatas.

Si sucede en Finlandia:

Los pilotos se suicidaron, no hay dudas.

Si sucede en Catalunia:

No lo sé, pero seguro que alguien ganó mucho dinero por el error. Y si los que bajaron equivocados era catalanes, también ganaron mucho dinero. No sé cómo ni lo puedo explicar. Hay que ser catlán para ciertas cosas.

Si sucede en Andalucía:

En Andalucía no sucede. Los pilotos, los pasajeros, el del remise, todos están borrachos y a nadie le importa.

Anónimo dijo...

y si sucede en Holanda ??

Hilario dijo...

Joder con el estudio antropologico-aereo!

Anónimo dijo...

I si sucediera en Rubí?

Hilario dijo...

Jo, con el anónimo de Rubí. Mi bestia parda.
Esa I latina me descoloca.

Fiamma dijo...

Llegue una vez a Nueva York y me subí a uno de esos avioncitos que parecen de la Barbie. Pero llegue a Boston mareada y a salvo. Hay vidas emocionantes y vidas como la mía... (de todas formas una gitana me advirtió sobre Arequipa y eso de ir conociendo gente).
Besos, cavaller