jueves, abril 26, 2007

EL PLACER DE LEER

Antes de irme voy a comprar libros. No son para cuando esté aburrido en un aeropuerto (el único lugar del mundo donde no es pecado aburrirse). Son para leerlos cuando este bien en algún lugar. De la misma manera que uno no deja de comer platos exquisitos, beber un buen vino, o follar (viene del latín folgar) simplemente porque está pasándolo bien, hay que reclamar el derecho de leer un buen libro en cualquier lugar y que no se considere perder-el-tiempo-cuando-podrías-estar-viendo-o-haciendo-otra-cosa. Así que voy a librerías de segunda mano para buscar libros buenos y baratos (me he propuesto no comprar ninguno que valga más de un euro). Una de búsquedas es proust, al que todo el mundo cita y ha leído (y yo no). Vana esperanza. No está en ninguna librería de viejo, solo fragmentos, y yo quiero empezar con la dichosa magdalena empapada. Una librera se excusa diciendo que es que se vende muy rápido, tan pronto llega se lo llevan. Ahora entiendo porque todo el mundo lo ha leído.
Al final compro: El conformista, de moravia; el dinero, de j. k. galbraith; el honor de los prizzi, de richard condon (le debían gastar bastantes bromas); bomarzo, de mujica lainez; el archipiélago gulag, de aleksander solzhenitsyny, wilt, de sharpe y los pasos perdidos, de alejo carpantier (este me ha costado 2 euros pero es que andrea y g me lo habíais recomendado).
Cuando cumplan su honrosa, hermosa y heroica misión quedarán abandonados en algún hotel o bar. Habrán visto mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen viaje, y que lea usted bien. Se reirá mucho con Wilt y espero que disfrute con Bomarzo (una de mis novelas preferidas). Saludos.