miércoles, julio 16, 2008

LAS APARIENCIAS

En una callejuela cerca de Petrixol unos hombres acorralan a una joven. Esta lleva el pelo negro recogido en una cola. Falda y blusa a juego. Unas bolsas en la mano.
Me acerco.
Uno de los hombres debe tener unos veintipico años. Tiene pinta de extranjero del norte, con su corte de pelo, su piel, su ropa. Parece que no pueda pronunciar jamás la erre o la jota. Otro que cubre el flanco derecho parece más mayor (sin llegar a los treinta), con el pelo rapado y una pinta de skin cutre. Un tercero habla por el walki talki y eso me hace sospechar.
El de pinta de extranjero del norte le pregunta a la joven de dónde ha sacado esos zapatos. La chica duda, busca excusas. Un cuarto aparece y saca una placa de policía.
Hace unos meses, cuando yo estaba esperando a unos policías, una pareja de jóvenes que parecían que venían de un afterhours (el chico con el flequillo lacado hacía arriba con unos pendientes de juzgado de guardia y la moza con pinta de no-debía-haber-tomado-lo-que-tome-ni-debí-haber-hecho-lo-que-hice) se me dirigieron en inglés. Eran los policías.
Aún me acuerdo cuando los polis iban de gris, me reñían si hablaba en catalán y en mi imaginario personal siempre los veía siempre con una porra en la mano.

No hay comentarios: