Hace un tiempo los padres y madres cuando tocaban un tema relacionado con los hijos me miraban por encima del hombro (figuradamente) y me daban a entender que yo no podía entenderlo.
Me dan ganas de hablar con esos padres a ver si ahora puedo entenderlos.
Por otro lado sigo sin comprender eso que me decía mi padre: Cuando seas padre comerás huevos.
Con el colesterol que tengo.
1 comentario:
Preciosa, preciosa, preciosa. Al margen de que sos un encanto de cavaller, por regla general los padres que hablan de sus hijos y ponen caras de superados, son unos pesados.
¡Y los pendientitos que le han puesto!!!
Seguramet esa niña huele delicioso (y no me vengas con el tema de las cacas).
besos
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