viernes, enero 08, 2010

EL VALOR DE LAS PALABRAS

Cuando me enteré de que me habían tocado nueve millones de euros en la lotería sentí un ligero dolor dentro de la cabeza que me hizo perder el conocimiento.

"Es un aneurisma", diagnosticó el neurólogo.

En la base de datos de mi ordenador de última generación, y gracias al conmutador que se adapta a los pequeños soplidos que puedo dar, encontré la maldita palabra.

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