miércoles, julio 30, 2008

NEOMADRES

Tienen entre cinco y ocho meses, de uno en uno son los hijos de alguien: guapos, feos, pelones, gorditos, esmirriados... pero los 7 u 8 niños todos juntos en una colchoneta, con sus movimientos descoordinados, sus llamadas de auxilio, sus miradas desvalidas parecen larvas inacabadas, cachorros inmaduros de algún animal extraño.
-Le dije: Marc, ¿te importa que me corte el pelo? Me dijo que no. Me planté en la pelu y les dije que de ahí no me movía hasta que me cortasen el pelo.
Son madres que se han conocido en un curso de postparto. Van de los ventimuchos a los treinta y pico. Delgadas y gorditas, teñidas y sin canas, habladoras y reservadas. A primera vista tienen poco en común excepto que viven cerca del ambulatorio. Y por el bebé, claro.
-Mi hijo es alérgico a la naranja. ¡Cuando mi padre se entere! Somos valencianos y tiene naranjales. Marc dice que mejor, que eso demuestra que es más catalán que valenciano.
Hablan de sus cosas y uno piensa que si no estuviera allí quizás hablarían libremente de otros temas más allá de que si se les cae el pelo o si se ha caído, por primera vez, el niño de la cama.

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