jueves, agosto 02, 2007

Y SEGUIMOS CON PERSONAJES

Abdel es delgado y tímido. No es lo que se dice guapo pero su sonrisa y sus ojos le hacen atractivo. Como su nombre indica no es originario de Suecia, y eso lo lleva mal. Es de los que se consideran discriminados simplemente porque alguien dice que hace calor, como si le acusase a él de traer el calor. Tener la sensibilidad tan a flor de piel y que esta sea más oscura que la de los que le rodean no ayuda a ser feliz.

No sé como se llama ni a que se dedica pero siempre está rondando, a cualquier hora del día, los bares de mi barrio tomando un café. Debe rondar los sesenta y tantos. Ojos de sapos, encías que han retrocedido mostrando unos dientes separados y prominentes y un pelo que solo se circunscribe a los parietales y a la nuca. Va siempre bien vestido, con traje, camisa y corbata. Y aguja dorada para la corbata. No le he visto repetir traje, claro que tampoco me fijo tanto en los trajes de los sesentones calvos. Lo que desde el primer día me llamó la atención es que va acompañado de dos setters negros a los que se dirige en alemán; alemán digno de un sargento de las SS. Les grita con acento de Hamburgo (vamos, digo yo) que se sienten, que esperen o que hagan el pino. Supongo que esto último lo pronuncia mal ya que no lo hacen. Y mientras ellos esperan aburridos, él habla con los camareros o con el propietario (no menos aburridos).

Anna tiene unos treinta y pocos. Es bajita y tiene los ojos, las tetas y los dientes saltones. La primera impresión es que es alguien muy normal, en su acepción gris. Sin embargo cuando uno habla con ella te das cuenta que sus pensamientos, su cabeza, es una selva tropical: rica, exuberante, variada, llenas de matices y como todas las selvas llena de peligros propios y extraños. Su pareja por el contrario es un prado suizo, lo que no es peyorativo, en los prados suizos puedes encontrar orquídeas. Y tranquilidad. Quizás demasiada tranquilidad. ¿Cómo se pueden compaginar esos dos mundos botánicos? Pues no lo sé. Supongo que con intranquilidad desde el cantón suizo y con periódicas impaciencias desde lo alto de la cúpula del bosque. ¡Es tan raro esto de las parejas!

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