PARA GUSTOS ESTÁN LOS COLORES

"Salgo al campo a disparar. Es un hobby. Me gusta tirar con kaláshnikov y alguna vez he probado con bazokas."

Anna Netrebko. Soprano rusa

Suplemento Babelia. El País

PARTE DE GUERRA

Acudo con mi niña al parque. Es el primer domingo soleado. Le he comprado un pack de cubo, pala, rastrillo, moldes... He escrito con rotulador imborrable su nombre. Se ha acabado el coger arena con la mano o traer botes de plástico reciclado. 

Siempre que he venido había dos o tres niños pequeños en el sorral pero hoy hay un montón.  Mi niña no parece muy interesada en su ajuar y gatea hacía un niño de unos dos años que está jugando con su cubo y pala. Cuando ella pasa le pega un palmotazo en la cabeza. Mi niña se queda quieta sin entender nada y después se pone a llorar. El niño impasible. Sus progenitores o quienes sean le recriminan la acción pero el niño como quien oye llover.  Me dedico a vigilar a quien se acerca mi niña mientras vigilo con un ojo el carrito y con el otro los utensilios playeros.  Los coetáneos de mi retoño son unos salvajes, arrancan hojas de las plantas, tiran cubos de arena a la cabeza de los demás, o, algunos, agreden a otros con palas y otros utensilios. Los adultos que están con ellos no parecen preocupados.  Una señora mayor le dice a un niño que qué buena está la sopa de pescado refiriéndose a un cubo lleno de arena. Vale con lo del juego simbólico, pero por este camino vamos a seguir extendiendo la comida basura.

La tensión entre vigilar a mi niña y todos los demás adminículos me hace estar más en tensión que si estuviera en el Bronx solo a las dos de la madrugada. Decido acabar con todo ello antes de que la cosa vaya a mayores. Cuando me doy cuenta, tengo a la niña en brazos, pero me falta el molde de una ballena. Otra mujer ya tiene agarrada mi pala y se la mete en su bolsa, le digo con toda la amabilidad que dispongo que es mía, que es un recuerdo de familia y que lleva el nombre. Lo comprueba y me la devuelve con la sensacion de que me perdona la vida.