lunes, enero 15, 2007

PAISAJE

Lima es dual, bulliciosa, pegajosa, sucia, con un tráfico que me recuerda china. La neblina húmeda cubre casi permanente la ciudad en estos meses de verano. Si vas por miraflores, san ignacio o barranco la gente tiene un color de piel diferente, más blanquecitos, más rubitos. Si vas por el resto de la ciudad son de otro. Claro que no solo es el color de piel, si no como visten y que visten. Chocan las hermosas casas coloniales con los edificios nuevos y horribles que les hacen sombra.
Nunca había estado en una ciudad en la que todo el mundo te advierta sobre los peligros de la ciudad. No vayas por allá, es peligroso. A partir de aqui no se meta, le pueden robar. Al atardecer no se acerque... La primera vez que me lo dijeron, en el aeropuerto, pensé que era un sistema de los taxistas para evitar que subieses en un autobús y perder la clientela, pero cuando te lo dicen gente anónima, empleados de tiendas la cosa adquiere tintes preocupantes.
Según la guía uno de cada ocho autos es un taxi. Estos no tienen taximetro. Alegan, como si fuese un argumento convincente, que es para que en los atascos el cliente no pague más. Conclusión, que has de fijar el precio cada vez que subes en uno. Como además de no saber las tarifas tienes pinta y acento de no peruano, estas suben exponencialmente. Así te pueden pedir inicialmente 15 euros para ir del areopuerto al centro. cuando lo puedes conseguir por menos de 4. Yo que no estoy acostumbrado a regatear me pongo en pose, y lo consigo. Es más voy a los hoteles, no importa que sean de categoria alta y regateo. Y por cierto, me hacen significativas rebajas. No, no me pongo medallas, seguro que aún así me siguen cobrando de más.

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