- Argumentar tus posiciones y a criticar los argumentos del otro. Como todos llevamos muy mal la crítica eso conlleva normalmente a dos monólogos enfrentados y desagradables.
- Callar y aguantar el chaparrón discursivo del otro. Temiendo interiormente que quien calla otorga.
- Salir por la tangente. Cobarde, gallina, capitán de las sardinas.
- Pedir a dios padre que acuda en tu ayuda y fulmine al que tienes delante. Dios padre suele hacer caso omiso a este tipo de demandas.
- Volverte esotérico. Una posible solución que además facilitaría tu integración en un grupo en auge.
- Le convences para que recapacite (no quiere decir que piense como tú, si no que se replantea lo suyo). Es más fácil que dios padre intervenga.
En los casos en que el interlocutor sea una persona querida los puntos desagradables se vuelven aún más desagradables. Sin embargo mi amigo Paytu me ha dado otra alternativa. Una estrategia guerrillera. Preguntando en vez de afirmar:
—Hay estudiosos que dicen que las siluetas de Nazca y las pirámides mayas y egipcias no pudieron ser realizadas por los hombres. Que son más antiguas.
—¿Y?
—Que con las técnicas que tenian ellos no pudieron realizarlas.
—¿Y eso nos lleva...?
—Pues que debieron ser hechas por otros seres.
—¿Qué seres? ¿Qué quieres decir con eso?
—Pues que hay vida extraterrestre.
—¿Y qué?
—Pues que hay otros seres que han estado en contacto con nosotros y que seguramente aún lo están.
—¿Y qué más da? A mi no me molestan.
—Tienen otros conocimientos y nos podrían ayudar a resolver los problemas que tenemos.
—¿Y dónde están?
—Hay personas que las han visto, se aparecen de vez en cuando a personas elegidas.
—Alguien les habría de decir que se presentaran en medio del Camp Nou un día de partido. Tendrían más opciones de ser escuchados.
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