IMÁGENES ENCONTRADAS EN LOS CIBER

Hará cuatro años en un viaje por argentina y mientras esperaba la conexion a internet (que era muy lenta) me entretuve un día en husmear en los documentos que estaban en el panel de entrada. No recuerdo que vi, pero me enganché a ese voyouerismo digital. Busqué en mis documentos, y despúes como un paso natural en la papelera de reciclaje. En un camino que no termina, aprendí (aún no sé como) a buscar dentro de la memoria de windows. Ahora han cambiado las cosas, los ordenadores tienen programas para borrar los archivos nuevos o no permiten acceder a lo que no sea internet o juegos. Pero aún así se encuentran cosas. Entre ellas fotos. Fotos aisladas, pocas veces toda una colección descargada. Fotos de grupos de tres, cuatro amigos con poses chulescas, con una mano que corona por detrás a alguno; de tres jovencitas todas con la cabeza adelantada y riendo; a dos no tan jovenes presumiendo de torso en la playa; de grupos numerosos donde la obligación del fotógrafo parece ser que salgan todos los pies y las cabezas del grupo; de dos caras de ennoviados mirando la cámara mientras la mano del chico intenta alejarla lo más posible; de una preadolescente, en pose sugerente, que se hace una foto con la cámara del movil delante del espejo de la habitación; de dos, tres adolescentes en ropa interior, riendose y jugando a ser provocataivas; de comidas familiares, sentados los comensales con la cadera adelantada y con un brazo alrededor de su compañera, en una mesa larga, desordenada y algo sucia; fotos de turistas, estas de diferencian por que hay más paisaje, aunque una de cada tres sale él/la protagonistas en primer plano tapandolo; de una mujer de veintipocos mostrando sus pechos, su pubis, sus nalgas; vergas enhiestas, no largas pero si anchas saludando a la lámpara, enarboladas orgullosamente por su propietario, apoyandola en la mejilla de alguien, medio sumergida en la boca de una chica o por otra mano velluda; fotos de de pollas que acaban de eyacular sobre un fondo no claro pero que puede ser el vientre de una mujer, fotos poco claras, movidas, desenfocadas, más por culpa de no haber leido las instrucciones sobre fotos en interiores que por la emoción del momento; fotos de caras en una fiesta donde el flash aplana y abrillanta los rostros; bocas besandose, labios y lenguas jugando a encontrarse. De niños en brazos que no miran al objetivo aunque el dedo de la madre, tía, amiga, abuela, prima mayor se lo indique; niños berreando, con los mocos transparentes y los ojos cogestionados; niña en tutu con fondo de un patio con macetas; en la playa con la boca abierta de risa, corriendo tras la pelota; modositos cogidos a la mano de su madre o padre; gente en una boda alrededor de unos novios que nunca son tan guapos ni tan delgados como los de los anuncios; brindando con una cerveza en la mano y el agua de la piscina al cuello; con la camiseta del equipo y cogidos todos por los hombros y los del extremo haciendo la señal de victoria; con un grupo de estudios, de graduacion con birretes de cuatro lados de los que cuelgan flecos; de un encuentro de testigos de jehova, todos con camisa blanca impoluta, una sonrisa igual de blanca y un rectangulo identificataivo negro. En fiestas bailando, con brazos que no se sabe a quien pertenecen y espaldas que no se sabe de quien son; de jovenes posando, para el novio, para la novia, para que las guarden y les recuerden cuando no esten presentes; fotos de carnaval donde están, fuera del contexto, ridiculamente disfrazados; de fin de año brindando alrededor de una mesa redonda y con la copa de champán, sidra... delante. Mirando casi siempre a la cámara, sonriendo casi siempre. Se podría escribir una novela con todos estos personajes.