viernes, junio 08, 2007

EL HORROR COTIDIANO

Leo el Archipielago gulag de Alexander Solzhenitsyn. Han pasado más de 30 años y, a pesar de tratar de un tiempo y un lugar determinado, se ha vuelto atemporal. Primo Levi escribe sobre el horror como si fuese un entomólogo describiendo insectos. Se pregunta más extrañado y sorprendido que dolido. No tenía esperanza de sobrevivir en un campo de exterminio y sigue cuando escribe su trilogía, sin comprender porque sobrevivio. Escribe sin rabia, como si el escribir pudiese darle las pistas necesarias para comprender. Escribe para él. No hay artificios en su escritura, él es quimico. Solzhenitsyn, que ha sido condenado a 9 años en las cárceles del gulag, escribe desde la rabia, con ironia, apresudaramente. Empieza a escribir en las cárceles con intención de contar al mundo como es la realidad en la que vive. Él ya ha entendido en que consiste el juego macabro. En la URSS no se quiere exterminar a nadie, solo destruir a los que estan fuera del sistema, o que pueden llegar a estarlo. El juego del paranoico.

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