martes, febrero 27, 2007

LO QUE HAY Y LO QUE NO HAY

He estado unos días en la floresta y allí hay lluvia inesperada que casi siempre aprovecha para caerte encima cuando estas lejos de un refugio o de un chubasquero; humedad envolvente y a ratos asfixiante; el calor que hace que tengas siempre los poros abiertos intentando ser un mamifero de pro y mantener una temperatura estable; hormigas de todo tamanyo y condición (ahora si que creo que el peso de todas las hormigas del mundo es igual al peso de todos los hombres del mundo); mariposas morphos y otras que no lo son pero que da gusto quedarte mirándolas; orugas de disenyo agata ruiz de la prada; plantas que no conozco, flores que se parecen a algunas que he visto en libros de flores tropicales; bichos que se suben por mis pies buscando no sé qué; los ruidos extranyamente urbanos de la noche: sirenas, golpes metálicos, una aserradora mal ajustada... (y luego hablan en la ciudad de contaminación acústica); armadillos que casi atrapo con mis manos; ninyos menores de 10 anyos que utilizan un machete como si utilizasen un lápiz; rios que deben ser el suenyo de los constructores de campos de golf del levante espanyol; comida repetitiva y de animalitos que te caen bien; 12 horas de dia y 12 de noche; los pescadores al atardecer; partidas nocturnas de domino donde uno desearía tener habilidades brailenses o al menos que te toque al lado de la lámpara de queroseno; todos los mangos que puedas comer a la distancia de tu mano; la hospitalidad antigua real, acogedora y amigable; el ruido de las semillas de caucho al estallar y caer al suelo; los ninyos (y no tan ninyos) jugando al fútbol al caer la tarde...
pero no había internet.
Glups.

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