viernes, febrero 09, 2007

SENSACIONES



  • Dos tortugas se acercan a la hora del desayuno, son grandes, cerca de 50 centímetros de largo y casi 30 de ancho, si no te fijas puedes tropezar con ellas. Lo primero que sorprende es que van muy rápidas, les acerco un trozo de pan y con ese pico que parece muy duro, la más atrevida, lo muerde.


  • La botella de agua, medio vacia, se hincha a medida que subimos. Al final la destapo y un ligero silbido homegeneiza las presiones. Al cabo de unas horas, bajamos, la botella está chafada. La presion exterior es mayor que la de dentro.


  • La camiseta al secarse deja manchas blancas de sal. ¡Lo que he sudado!


  • El cementerio de iquitos donde en vez de cipreses hay palmeras y las tumbas están alicatadas como si fueran cocinas o lavabos.


  • Tengo una cucaracha en el lavabo del hotel, el hotel está bien pero supongo que en el trópico esta es más su casa que la mía. La he intentado atrapar y tirarla al inodoro. No lo he conseguido, ella se ha hecho la muerta poniendose patas arriba. Si mi querido karl von frisch las veía con buenos ojos; si he visto super cucarachas en restaurants de super lujo en hong kong (¿te acuerdas yuan?); si he visto a millones salir a mi encuentro en tan tan (¿te acuerdas sebas?) ¿Por qué esta aversion al pobre insecto? Así que la he puesto de nombre gregorio (no es por tu gato vuenozairez, es en homenaje a gregorio samsa). Le he dicho gregorio, no te cruces en mi camino y no habrá problemas. Ha movido las antenas, creo que me ha entendido.


  • Mascar caña de azucar (por 25 céntimos de euro tienes la mitad de la produccion peruana) en un taxi que te lleva de nauta a iquitos (la única carretera que les une) mientras el aire te golpea la cara y escuchas tristes canciones de amor de las reynas del criollismo (tal cual).


  • Comer zapotes, guabillas, ubos, camu camu... y otros frutos desconocidos, algunos dulces, otros ácidos, otros te faltan palabras para poder describirlos. Algunos das un mordisco y ya tienes bastante, otros te comerías todos pero la buena educación (al tener que compartirlos con los demás) te lo impide.


  • Olores de las plantas medicinales, al final de tanto machacar en la mano diferentes hojas ya no distingues ninguno, sin embargo, y a pesar de lavarte las manos un olor inconfundible a medicamento te sigue durante todo un día.


  • El arbol pomaroso (Syzygium malaccense) del que llueven estambres rosados.


  • La movilidad de la serpiente que se anuda en mi mano para no caerse. Su tacto, que sorprendentemente, no es desagradable, es suave aunque frío.


  • La mirada inteligente de un mono que me pide comida.


  • No recuerdo quien me regalo una libreta moleskine, pero ahora entiendo por que es la preferida por escritores viajeros. Es fenomenal para matar mosquitos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Salve Hilario !!! Delicioso tu blog, si junto el coraje, te paso el mío.
HAs encontrado quien te descifre el braille de las picaduras? en que lugar del mundo te encuentro ?
Las moleskine tienen el tamaño justo para mil utilidades
Un beso