lunes, diciembre 25, 2006

NOCHEBUENA EN REMERA

Pasé la nochebuena con una familia prestada que solo externamente era diferente a la mía. Famíla extensa, de origen italiano, con todas las generaciones posibles de mujeres (todas cariñosas, afables y maternales). Comida abundante, como creo que debe pasar en todas las celebraciones de origen mediterráneo. Hablando y discutiendo sobre política; buscando soluciones al mundo; bebiendo vinos, sidras y haciendo cada vez afirmaciones más tajantes (bueno, yo, glups, empecé haciéndolo cuando a los cinco minutos, y como contestación a un comentario positivo sobre aznar, aseguré que su principal problema había estado en los primeros minutos de nacer, cuando por algún problema no le llegó oxigeno al cerebro).
Una nochebuena rara ya que estás al aire libre en camiseta. Aún no sé si mi metabolismo es capaz de asimilar el turrón con el calor. Una mezcla de nochebuena con san juan, ya que se tiran petardos al aire y todos los perros y gatos maldicen a los chinos que descubrieron la pólvora. Una nochebuena en la que no faltó papa noel que bajó del tejado y al que la niña más pequeña, entre asustada y excitada, preguntó ¿Vos sos papa? Un papa noel que me ubicó en el mapa y se acordó de traerme también regalos.
La abuela me preguntó si me acordaría de la cena. La prometí, que hasta que el alzheimer lo impidiese, que sí.

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