PERSONAJES POR CHINA

Claude es francés. De los latinos, de pelo negro y rizado, cejas prominentes y espesas; de los que se ríen de todo; de los que hacen el payaso, de hecho hace teatro. Imita a todo aquel que le da la espalda. Ronda la cincuentena. También, en los momentos difíciles para algunos, hace bromas combinando diferentes palabras de diferentes idiomas y se ríe y canta aquello de don’t worrie, be happy. La pareja que está al lado le miran, ellos pueden perder el tren y eso no les hace muy happy.

Pedro tiene pinta de Stallone, pero en joven, atractivo y con humor. Esta cuadrado, fuerte como el vinagre. Es bombero. ¿Qué somos bomberos o coliflores? Tiene el pelo negro lacio y brillante, corto por los lados y largo por detrás. Cejas perfiladas. Y una mancha de pelo debajo del labio inferior. Habla sin sonreír pero sus intervenciones hacen reír a los demás. Lo hace de manera desenfadada, sin inhibiciones, exagerada, como la batalla a muerte con una cucaracha en la ducha, o sus descripciones amorosas. Como la vida. Sin fantasmas, aparenta ser lo que es. Sin doblez. Seguro de si mismo. Me temo que no ha leído a Proust. Yo tampoco.

Félix, no sé si se escribe así, es genovés. Te acoge en su pequeño grupo y te da la bienvenida. Es alto y de complexión atlética aunque los anos le hacen asomar una incipiente barriguita. Frente estrecha, cabeza grande y nariz pequeña. Levanta la voz al hablar y, cuando discute creyendo tener la razón, cosa que me parece que es casi siempre, adelanta el mentón y tira los hombros hacia atrás. Si alguien paga cierta cantidad por un objeto manifiesta públicamente que le han tomado el pelo, pero si es el que paga la misma cantidad, es la mejor inversión. Si algún día soy así me lo decís.