lunes, julio 31, 2006

GRACIAS MI FIEL PASSPARTOUT,

Es cierto, no debería haber salido de casa sin ti, o sin un libro Berlitz de como aprender idiomas en 7 días. Si algo he de agradecer al destino, a mi madre y a la comadrona es haber nacido en un lugar donde, a trancas y barrancas, he conseguido comunicarme con mis semejantes, no quiero pensar que hubiera sido de mí si nazco en un país de idiomas bárbaros. Gracias a todos por vuestros recuerdos y vuestras palabras de consuelo.
Berlín es en mi recuerdos una ciudad en blanco y negro; un, dos, tres de Billy Wilder; unos uniformados quemando libros de noche delante de una biblioteca ; una ciudad separada por un muro. Se va volviendo de colores poco a poco, supongo que desde que entro en casa la televisión de color. Se va llenando de mozas altas y rubias y mocetones mas altos y no menos rubios; de un muro que deja de ser gris; de gente saltando y riendo encima de ellos (yo debería haber estado allí); de la compra de un estado por otro; de la decostruccion y vuelta a construir una ciudad en vez de dos. Ahora Berlín ya tiene para mi un recuerdo tangible: la ola de calor (no me extraña que vayan a Spain a huir del sol); los tilos (son a Berlín lo que los plataneros a Barcelona); las calles con perspectiva; la ciudad limpia, el museo judío con su torre del holocausto (una habitación con paredes de 15 metros y donde la única luz que entra es por una estrecha abertura vertical cerca del techo, sobrecogedora), la Alexander platz, el Reichstag y su cúpula, el Pergamonmuseum (debe haber mas templos griegos entre Alemania e Inglaterra que en Grecia), los jardines... La ciudad también es el botánico (necesitaba decirlo), uno de los mas grandes y didácticos que he conocido y donde el papaver somniferum, el aconito, la datura estramonium esta al alcance de cualquiera.

2 comentarios:

g dijo...

berlín... se me llena la boca al decirlo y la mente de recuerdos al pensarlo. Pasé allí un mes de desbarre, locura, alcohol, drogas y alemán; pero también pasé allí un mes de tanto caminar y recrear el segmento de mi cerebro cargado con el imaginario colectivo que a veces, cuando pienso en volver me da miedo deshacer la fábula que he cree.
está claro que en muchas cosas estamos compenetrados:
a ti te ha tocado la ola de calor
a mi me tocó el temporal de Europa (con el Spree desbordado y la lluvia como una sombra permanente)
(¿descifro el punto común? o ¿se sobreentiende que arrastramos el exceso?)
Me gusta tu blog. Lástima por el primogénito: es una más de las bajezas de la red, te da tanto como te puede quitar.
Espero nuevas dosis.

g dijo...

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