Entonces debe hacer 20 años que estábamos delante del televisor. Yuan y yo, de pie al lado uno de otro, con las luces aún apagadas, absorviendo las noticias.
Hablaban de muertos, heridos...
Se produjo un silencio angustiante.
Su hermana, estudiante de medicina, podía estar allí.
En unos días ella volvía a ver a su familia después de tanto tiempo.
Yo, al cabo de unas semanas, me reuniría con ella.
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