lunes, septiembre 29, 2008

LA MEMORIA PERDIDA

Tengo un libro que compré hace unos 15 años. Conversaciones en Madrid, de Salvador Pániker de 1971 (eran entrevistas a personajes, en su momento supuestamente importantes, sobre el devenir del futuro de España).
En su momento supongo que me pareció muy interesante pero lo cierto es que nunca lo leí.
En una fiesta lo coloco en una pila para que los amigos se lo lleven si quieren.
Una amiga lo hojea y aparecen cinco fotos.
Supongo que del antiguo propietario del libro.
Se ven unos jóvenes en la playa.
Dos chicos y dos chicas.
Veintipocos.
Una cala con montículos de poseidonias secas ¿Costa Brava?. Agua muy limpia.
Las chicas miran la cámara, muestran una sonrisa de contención y también de teatro.
Desnudos, alguien ha dibujado y tapado con bolígrafo azul unos mínimos bañadores.
Una pareja cogida de la mano. Ella con un ramo de flores de adelfa. Los dos, con la mano libre, se intentan tapar las vergüenzas. Parece que estén formalizando una relación.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre me ha parecido mucho más estimulante coleccionar fotografías ajenas que propias, ¿no te parece? Y aún más si no conoces las circunstancias de los que aparecen. Llámame morboso.

No tiene nada que ver, pero lo he leído hace un momento y me ha hecho pensar en ti. Es la respuesta del escritor Álvaro Enrigue cuando le preguntan por lo que le angustia de la vida actual:
"Me angustia muchísimo que ya nadie sabe los nombres de los árboles. Es un conocimiento que está por perderse si no hacemos algo. He hecho un esfuerzo consciente por conocer por nombre a la flora de la ciudad de México. Y obligo a mis pobres hijos a conocerla. Dylan, que tiene dos años, dice: “Mira, un ahuehuete” cuando pasamos junto a uno. Nada en el mundo me honra tanto."

Hilario dijo...

Hace años en una librería de libros que se nutren de los que las editoriales se desprenden encontré: La flora del valle de México.En honor a Álvaro Enrigue repasaré un nombre al azar cada noche (hasta que se me pase).
Hoy toca la plantita Solanum nigrum (que seguramente habréis visto en la calle) sus nombres en méxico son: hierba mora, veneno de cuervo y chichiquelitl.
¡Que bonitos!