Como dice mi amiga O. se nota que (soy/he sido) pobre (o de economia emergente). Guardo muchas cosas. Entre ellas cosas del viaje. A pesar de mi estricta voluntad de no comprar más que lo imprescindible he acumulado diversos objetos que evocan recuerdos. Las coloqué debidamente desordenadas en un mueble. Desde la cámara que me acompañó (y murió) hasta Brasil, pasando por una etiqueta de cerveza que me supo a gloria o una concha recogida en una playa solitaria. Glups. Que moñas queda esto.
viernes, enero 18, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
¿Moñas? Otros a menos lo llaman arte. Hace poco en una exposición del MACBA vi una ‘obra’ que consistía en una colección de billetes de tren de cercanías (los que el autor había usado en un año) simplemente pegados en un plafón por orden cronológico.
Publicar un comentario