miércoles, noviembre 28, 2007

LAS PRUEBAS

La prueba de que uno puede convivir con otra persona no es follar como conejos diagnosticados de mixomatosis.
No es, aunque sea tentador, viajar con esa persona durante un mes por esos mundos perdidos.
No es, aunque es lo normal, tirarse la manta a la cabeza, casarse y ver que pasa.
La prueba crucial es comprar un mueble en Ikea (de más de 200 piezas entre tablas y tornillos) y montarlo luego en casa.
Ver como el candidato/a lo monta, si exhala penúltimos alientos o exabruptos; si echa la culpa a los de ikea o a los que diseñaron el destornillador; si acaba a las tantas o lo deja a medio montar; si es capaz de reirse de su incapacidad o echa la bulla al que tiene más cercano.
Es la vida en un plis plas.
Es es la prueba de fuego.

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