lunes, junio 04, 2007

HISTORIAS VERDADERAS, SEGUNDA PARTE DE LA IMPORTANCIA DE LOS NOMBRES

Es un hombre mayor, con gafas para el sol. Está sentado en la puerta de un bar. No sabrías que edad ponerle, pero no parece muy mayor, habla rápido y su cabeza parece estar en perfectas condiciones. Solo cuando camina parece que lo hace algo más lento de lo habitual. Vamos, que no corre los 100 metros en menos de 12 segundos. Dice tener 100 años. Lo miras con cara de que qué me vas a contar. Saca su documento de identidad. Nació en 1906. Más de 100 años. Me fijo en su nombre. Jovencito. Así, tal cual.

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