sábado, junio 16, 2007

EXVOTOS, PETICIONES Y GRACIAS CONCEDIDAS

En muchas iglesias he encontrado exvotos, escritos a lápiz en las paredes o en una urna de metacrilato: pedidos, intervencciones divinas, agradecimientos por haberlas alcanzdo...
Acabo de leer hace apenas una hora en la igrejia do são antonio, en recife, en un altar lateral dedicado a nossa senhora de piedade: Agradeço ao Senhor Jesus morto e crucificado pela graça alcançada de um câncer na clavícula. A.T.C.
Las gracias, supongo, que deben ser por la curación.
Pero alguien lo ha definido mejor:
"...los viejos santos que aparecen entregados a sus Oficios, como si el templo fuese ante todo un taller: Isidro a quien han puesto azada en la mano para que labre, de verdad, su pedestal vestido de grama fresca y cañas de maíz; Pedro, que lleva un llavero enorme, al que cada día cuelgan una nueva llave; Jorge, alanceando al dragón con tal saña que más parece garrocha que arma lo que así le tiene volando sobre el enemigo; Cristobal, asido a una palma, tan gigante que el Niño apenas le mide el tramo del hombro al oído; Lázaro, sobre cuyos canes han pegado pelos de perro verdadero, para que más verdaderamente parezcan lamerle las llagas. Ricos en poderes atribuitivos, agoviados de exigencias, pagados en cabal hora, esos santos cobraban, en la vida cotidiana de la población, una categoría de funcionarios divinos, de intercesores a destajo, de burócratas celestiales, siempre disponibles en una especie de Ministerio de Ruegos y Reclamaciones. A diario recibían presentes y luces que solían ser otras tantas rogativas por el perdón de una blasfemia de las grandes. Se les interpelaba, se les sometían problemas de reumatismos, granizadas, extravíos de bestias. Los jugadores los invocaban en un descarte y la prostitua les prendía una vela en día de buen trato."

Alejo Carpentier. Los pasos perdidos.

Bueno, pues eso es lo que yo quería decir, pero el cabrón del alejo lo hace mejor. Dos puntualizaciones, creo que es san roque el del can, y por otro lado su novela se desarrolla en el orinoco con lo cual lo de las granizadas es pura poesía. La envidia que me reconcome.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué bonito! ¡Qué verdadero!

Muac, muac,

Mariló

Anónimo dijo...

Sí, muy bonito y conmovedor, pero hazme el favor de no publicitar tanto el libro, a ver si le van a empezar a llover compradores.

Hilario dijo...

Pensaba dejarlo abandonado en algún lugar entre pernambuco y para. Pero después de tu lastimero mensaje me lo he pesnado y lo volveré a cargar hasta barcelona. A cambio una birra.