Por un cañon angosto, de paredes verticales rezumantes de agua, por donde caen riachuelos, pequeñas cascadas, raices aéreas...Hay una vegetacion frondosa, de hojas grandes y todo lleno de helechos, musgos y algunas flores. Pasamos con el agua por el tobillo, por la cintura, por los hombros, por la cintura, por la rodilla, por el cuello...; pisando arenisca, arena rojiza, piedras, hoja muertas... Se oye un rumor que va creciendo a medida que avanzas. Al final entras en ella, es una especie de sala, de poza, oscura. De arriba de todo, a 46 metros, cae una cascada que crea una neblina de gotas pulverizdas que mojan todo. Y olas. Un paseo sin neopreno.
viernes, mayo 25, 2007
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